El coordinador de la ONU en la República Democrática del Congo (RDC), Bruno Lemarquis, alertó este viernes de que la ciudad de Goma, tomada por el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) el lunes, enfrenta una situación humanitaria «extremadamente grave» tras varios días de «intensos combates» y pide a la comunidad internacional que intensifique su apoyo.
«La extremadamente grave situación humanitaria en Goma requiere atención inmediata por parte de la comunidad internacional. En nombre de la comunidad humanitaria de la RDC, hago un llamamiento al respeto del derecho internacional humanitario y a todas las partes para que protejan a los civiles», dijo Lemarquis hoy en su perfil de la red social X.
Lemarquis, a través de un comunicado de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), alertó de que Goma, la capital de la provincia congoleña de Kivu del Norte, enfrenta necesidades humanitarias «masivas», mientras que la capacidad de respuesta está «gravemente afectada» y las instalaciones médicas «desbordadas».
Las morgues, desbordadas
Según dijo, entre el 23 y el 28 de enero, los hospitales de la ciudad -apoyados por Médicos Sin Fronteras (MSF), el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, trataron a más de 1.000 heridos, «muchos de ellos civiles víctimas de disparos y explosiones de artillería pesada».
Lemarquis aseguró que las morgues de Goma «están desbordadas» y que los cuerpos sin vida «abandonados» en las calles de la ciudad, lo que, alertó, supone un «importante riesgo» para la salud de los supervivientes.
Según confirmó a EFE un líder de la sociedad civil local, al menos 111 cadáveres de civiles, rebeldes y militares fueron recogidos entre el miércoles y el jueves en las calles de la ciudad, aunque se trata de una cifra provisional ya que esta operación de recogida de cuerpos continúa.
Saqueamientos
Por otro lado, Lemarquis denunció que la infraestructura sanitaria y los almacenes han sido saqueados, «lo que compromete gravemente la respuesta humanitaria».
Estos ataques -según dijo, dirigidos contra las existencias de organismos de las Naciones Unidas y ONG humanitarias-, han significado la pérdida de «importantes cantidades» de alimentos, medicamentos y equipos médicos esenciales.
Servicios básicos, paralizados
También alertó de que los servicios básicos en Goma están «prácticamente paralizados» y la electricidad y el agua potable cortadas desde hace varios días, lo que obliga a la población a abastecerse directamente de agua no tratada del lago Kivu, lo que expone «a miles de personas al riesgo inmediato de contraer enfermedades» como el cólera.
«Sin recursos adicionales para sustituir las existencias destruidas, sin un acceso restablecido a Internet y, ante los riesgos de seguridad que obstaculizan los desplazamientos, la respuesta se ve seriamente obstaculizada y las capacidades de intervención se reducen considerablemente», dijo este coordinador de la ONU.
Por ello, exigió la «reanudación inmediata y continua» de las operaciones del aeropuerto internacional de Goma, controlado desde el martes por el M23, ya que constituye un punto de acceso «esencial» para el envío de suministros humanitarios.
Ruanda quiere encontrar una solución duradera
Por otro lado, el presidente de Ruanda, Paul Kagame, habló con su homólogo angoleño, João Lourenço, mediador de la Unión Africana (AU) en la crisis diplomática y de seguridad entre la República Democrática del Congo y Ruanda, sobre la necesidad de encontrar una solución «a largo plazo y sostenible» al conflicto del este de la RDC.
Lourenço condenó el miércoles la «ocupación» de Goma por el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), y exigió la «retirada inmediata» de los rebeldes y de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (Ejército ruandés) de «los territorios ocupados ilegalmente».
Al mismo tiempo instó a la RDC y Ruanda a respetar los compromisos del Proceso de Luanda -bajo el que se acordó un alto el fuego el pasado 31 de julio que debía entrar en vigor en agosto- para crear las condiciones necesarias para convocar «con carácter de urgencia» una cumbre tripartita en la capital angoleña.
Toma de Goma por el M23
El M23 tomó Goma tras días de intensos combates con el Ejército de la RDC y después de suspenderse la cumbre de paz prevista el pasado 15 de diciembre en Angola, en la que debían participar los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente.
Sin embargo, en una reunión de los ministerios de Exteriores de la RDC y Ruanda que se celebró el día previo a esta cumbre, el Gobierno de Kigali optó por incluir al M23 en las negociaciones, a lo que se opuso el Gobierno congoleño.
Finalmente, en lugar de la cumbre tripartita entre los mandatarios de ambos países y el mediador de la UA, se celebró una reunión entre el propio Lourenço y Thsisekedi -en la que participó también el expresidente keniano Uhuru Kenyatta en calidad de facilitador del Proceso de Nairobi, otra negociación de paz sobre el este de la RDC-.
Tensión con Ruanda
El M23 -grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994-continuó esta semana su ofensiva en el este de la RDC tras la toma de la estratégica ciudad de Goma, lo que ha incrementado la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido confirmada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, avanzó por varios frentes hasta situarse en Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
Tomado de EFE