Visiblemente molesta, la senadora del Distrito Nacional Faride Raful arremetió contra todos los partidos políticos, incluyendo el suyo propio, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), por según ella, aceptar candidaturas de personas que han sido acusadas de haber tenido relaciones sexuales con menores de edad.
Aunque no dio nombres, Raful se refirió a dos aspirantes a senadores que tienen expediente por abuso sexual contra menores.
“Sabemos que en otros partidos políticos también hay y hay aspirantes dentro de mi propio partido político con expediente también abierto de violación sexual, que han logrado impunidad, que quieren llegar aquí al Senado de la República, que quieren llegar a sustituir un senador activo y los partidos los están pensando”, dijo la senadora.
Igualmente cuestionó que los partidos vean como normal las relaciones entre adultos y menores, por lo que propuso a sus compañeros luchar contra estas acciones.
Alegó que “da vergüenza” que los partidos presenten candidatos acusados de violación sexual, como es el caso de Julio Romero, aspirante a alcalde por Santo Domingo Este en el partido Fuerza del Pueblo.
“No me digan que no hubo sentencia, ahí están los videos de una niña, atrapada por un mayor, engañada por un mayor que ejercía una posición de poder en este Congreso Nacional, en otro partido político, que la dejó embarazada, que la casó con otra persona y un partido político que del sistema que aspira al poder nuevamente está llevando a ese señor como candidato”, agregó.
Manifestó además que las organizaciones políticas han permitido que “delincuentes” ocupen posiciones de poder, haciendo que al Congreso lleguen “violadores sexuales, una y otra vez, violadores de la ley, lavadores, corruptos”.
Por otro lado, acusó a los partidos de ir a las iglesias a darse golpes en el pecho y ser unos falsos creyentes en Dios debido a que “protege violadores sexuales en contra de los niños”.
Faride Raful constató que lo único que les importa a las organizaciones políticas con ese accionar es el clientelismo, olvidándose de la preparación, la meritocracia, entre otras cosas.