El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco comenzará el 7 de mayo, según acordaron este lunes los cardenales de la Iglesia católica. La noticia ha generado una gran expectativa entre los 1.400 millones de fieles en todo el mundo ante la inminente elección de un nuevo líder espiritual.
El anuncio fue realizado por el portavoz del Vaticano, mientras que el Museo Vaticano informó el cierre temporal de la Capilla Sixtina, ubicada en el Palacio Apostólico y famosa por los frescos de Miguel Ángel, en preparación para el proceso de elección.
Como parte del protocolo, los cardenales celebrarán una misa solemne el próximo miércoles en la Basílica de San Pedro. Posteriormente, aquellos con derecho a voto —es decir, los menores de 80 años— se retirarán en estricto encierro para participar en la votación secreta, un procedimiento que podría extenderse durante varios días.
Los cardenales que entran al Vaticano por la llamada puerta del Santo Oficio llevan al cuello una acreditación con su nombre, su nacionalidad y el puesto que tendrán que ocupar en el aula para que se puedan identificar entre ellos.
Pues en estas primeras tomas de contacto los cardenales procedentes de 71 países diferentes reconocen que han tenido poco tiempo para conocerse y por eso necesitan un tiempo para familiarizarse, comparar opiniones e identificar posibles candidatos.
De los 133 que entrarán en la Capilla Sixtina, 108, un 80 %, han sido elegidos por el papa Francisco en sus doce años de pontificado y diez consistorios, pero esto no indica que sean todos ‘bergoglianos’, muchos de ellos no se han visto en su vida porque llegan de lugares tan periféricos como Mongolia, Irán o Papúa Nueva Guinea, y proceden de realidades muy diferentes y con ideas completamente divergentes.
Proceso del cónclave
1) A Roma
Tras la muerte del papa, la Santa Sede queda en manos del camarlengo, actualmente el estadounidense Kevin Farrell. Lo primero será convocar a Roma a todos los purpurados para las exequias y para organizar la sucesión.
2) Preparativos
Los cardenales deberán consensuar la fecha del cónclave, que se celebrará antes del vigésimo día de la proclamación de la “sede vacante”.
3) Aislamiento
El cónclave se celebra con los cardenales encerrados para animar al acuerdo y evitar interferencias. Esta práctica surgió en el 1270, cuando los habitantes de Viterbo, entonces sede pontificia, hartos de años de indecisión, encerraron a los ‘príncipes de la iglesia’ hasta elegir sucesor. Funcionó y el designado fue Gregorio X.
Así, en la fecha elegida, se encerrarán en la Capilla Sixtina para debatir el nombre del futuro papa, aunque solo podrán votar o ser elegidos los menores de 80 años.
Esta jornada histórica comenzará con la misa ‘Pro eligendo papa’ en la basílica de San Pedro y después los electores procesionarán hasta la Sixtina cantando el “Veni creator”.
Una vez dentro, ante el Juicio Final de Miguel Ángel, jurarán y luego el maestro ceremoniero echará a los ajenos proclamando “Extra omnes” (fuera todos) y cerrará sus puertas para garantizar la más absoluta privacidad (se usan incluso inhibidores de frecuencia).
4) Cardenales electores
Actualmente los electores son 138 (a fecha de febrero de 2025). La mayoría de Europa (54), seguidos por los asiáticos (24), los sudamericanos (18), norteamericanos (16), africanos (18), centroamericanos (4) y de Oceanía (4). Francisco descentralizó la iglesia con diez consistorios en los que creó purpurados “de las periferias”.
5) El modo de votación
Abolidos los modos de aclamación y por compromiso, la elección se hará por escrutinio secreto. Para que sea válida la elección del Romano Pontífice se requieren dos tercios de los votos.
El primer día de encierro se realizará una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde.
6) Las papeletas
El ‘scrutinium’ contará con tres cardenales encargados de escrutar el proceso y tres de revisarlo. Las papeletas serán rectangulares y en ellas se lee “Eligo in Summum Pontificem”, mientras que en la parte inferior habrá un espacio para escribir el nombre del elegido.
Luego, cada purpurado llevará su papeleta hasta la urna y, ante los escrutadores, pronunciará él juramento: “Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido”. Después colocará la papeleta en un plato y con éste la deslizará en la urna.
7) Recuento
Una vez que todos han votado se procede al recuento. Los escrutadores leerán en alto cada papeleta mientras otro toma nota y un tercero las perfora con una agua e hilo, uniéndolas en ristra.
8) Las fumatas
Tras cada votación, se quemarán los votos en una estufa instalada para la ocasión en la Capilla Sixtina. El color del humo que salga por la chimenea anunciará al exterior el resultado: si es blanco, significará que se ha alcanzado un acuerdo. Si es negro, el cónclave deberá seguir. En el pasado se usaba leña o paja para intensificar el humo y evitar confusiones, pero ahora se emplean químicos.
9) ¿Aceptas?
Una vez un cardenal se imponga al resto, el decano, Giovanni Battista Re, preguntará al elegido: “¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?”. De asentir, le preguntará cómo quiere ser llamado.
10) Habemus Papam
El nuevo papa soberano es llevado enseguida a la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la ‘sala de las lágrimas’, donde habrán preparado tres trajes pontificios de varios tamaños (dado que es imposible saber de antemano quién será el elegido).
El último paso será anunciar la elección al mundo: “Habemus Papam” (tenemos papa) es la fórmula que el protodiácono exclamará desde el balcón de la basílica vaticana. El nuevo pontífice se presentará entonces al mundo e impartirá su primera bendición ‘Urbi et orbi’.
Tomado de AFP