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El núcleo de la Tierra cambia de forma y rotación: claves de sismos y clima

Durante décadas, la ciencia consideró al núcleo interno de la Tierra como una esfera sólida, metálica y estable. Sin embargo, una serie de investigaciones recientes ha sacudido esa concepción: el corazón del planeta no solo rota de forma irregular, sino que también cambia de forma con el tiempo.

El hallazgo más reciente, publicado en febrero de 2025 en la revista Nature Geoscience, fue liderado por el sismólogo John Vidale, de la Universidad del Sur de California (USC). Su equipo analizó sismos ocurridos entre 1991 y 2024, especialmente en zonas cercanas a la Antártida, y detectó anomalías sísmicas que sugieren que el núcleo interno no es completamente sólido. “Más tarde me di cuenta de que estaba viendo evidencia de que el núcleo interno no es completamente sólido”, explicó Vidale.

Estas conclusiones se suman a otros dos estudios previos realizados por investigadores de la Universidad de Pekín y la propia USC, los cuales ya habían advertido sobre un cambio en la rotación del núcleo.

Según sus análisis, el núcleo terrestre, que hasta hace poco giraba más rápido que la superficie, ha disminuido su velocidad e incluso estaría rotando en dirección opuesta. El último fenómeno similar habría ocurrido en la década de 1950, lo que sugiere un patrón cíclico de aproximadamente 70 años.

Un núcleo más dinámico y maleable

Más allá del giro inverso, ahora se suma un fenómeno inédito: la deformación de la superficie del núcleo interno, que rompe con la antigua idea de una esfera sólida e inmutable.

Se propone un nuevo modelo donde el núcleo, compuesto principalmente de hierro y níquel, es afectado por presiones desiguales provenientes del núcleo externo líquido, altamente turbulento, lo que estaría modificando su topografía.

Estas deformaciones podrían impactar la actividad sísmica, el movimiento de las placas tectónicas e incluso la estabilidad del campo magnético terrestre, vital para protegernos de la radiación solar y para el funcionamiento de sistemas tecnológicos clave.

Implicaciones para la rotación, el clima y la geofísica

El núcleo interno se formó hace más de 1,000 millones de años, y su rotación siempre se había considerado relativamente estable. Sin embargo, las nuevas investigaciones muestran que varía su velocidad y su forma, y que estos cambios, aunque sutiles, podrían afectar la duración del día, el clima global y el comportamiento del campo magnético.

Los científicos detectaron ligeras variaciones en la duración de la rotación terrestre, medidas en milisegundos. Aunque pequeñas, estas alteraciones acumuladas podrían tener consecuencias geofísicas y ambientales significativas.

Tomado de Panorama

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