La sentencia de la Corte Suprema que echa en saco roto el derecho al aborto y que fuera aprobada este viernes, fue bien recibida por la derecha conservadora estadounidense, mientras los progresistas y varias organizaciones sociales dieron su palabra de que seguirán “luchando” para defender esta causa.
Por su parte, el presidente Joe Biden, en un discurso televisado, lamentó un “día triste” para Estados Unidos y calificó la decisión de “trágico error” como resultado de la “ideología extremista”. Biden se quejó públicamente de que Estados Unidos fuera una “excepción” en el mundo.
Entre tanto, el expresidente Donald Trump señaló ante Fox News que el fallo fue la “voluntad de Dios”, mientras quien fuera su vicepresidente Mike Pence, celebró que la famosa sentencia que garantizó el derecho al aborto durante casi 50 años haya sido “tirada al basurero de la historia”.
“Hoy, la Corte Suprema no solo revirtió casi 50 años de precedente histórico sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos, atacando las libertades fundamentales”, tuiteó el expresidente demócrata Barack Obama.
La Campaña ProVida también se refirió a “un día trascendental para los derechos humanos”.
En lo que ha sido considerado un giro histórico, la Corte Suprema de Estados Unidos este viernes enterró la sentencia que garantizaba el derecho a abortar. La decisión no ilegaliza la interrupción voluntaria del embarazo, sino que devuelve al país a la situación vigente antes de la emblemática sentencia “Roe v. Wade” de 1973, cuando cada estado era libre de autorizarla o no.
Varios estados ya anunciaron la prohibición del aborto en su territorio.
“Este es un día monumental para la santidad de la vida”, certificó el fiscal general de Misuri, Eric Schmitt, en un tuit acompañado de una imagen que lo muestra ratificando un texto que “realmente” pone fin al aborto en este conservador estado central.
Asimismo, la gobernadora republicana de Dakota del Sur, Kristi Noem, expuso que el aborto ahora es ilegal en este estado del norte de Estados Unidos, bajo una ley llamada “zombie” o “gatillo” que había sido redactada con anticipación para entrar en vigor automáticamente en caso de cambio de jurisprudencia por la Corte Suprema.
Reacciones presentes
Como es de suponer, los entes a favor y en contra se movilizaron casi de inmediato, entre ellas la principal organización estadounidense de planificación familiar, quien prometió a su vez que continuará “luchando” para restaurar este derecho y preservarlo tanto como sea posible a nivel local.
Igualmente, una iniciativa conjunta para garantizar y defender el acceso al aborto, minutos después que la Corte Suprema emitiera un fallo suprimiendo este derecho, fue lanzada por los gobernadores de tres estados liberales de la costa oeste de Estados Unidos.
“Ellos quieren quitarles la libertad a las mujeres (…) California se ha unido a Oregon y Washington para defender a las mujeres y proteger su derecho a tener salud reproductiva”, expresó en un comunicado el gobernador de California, Gavin Newsom.
“El aborto es cuidado sanitario, y no importa de dónde vengas, Oregon no le dará la espalda a alguien en busca de cuidados sanitarios”, dijo su gobernadora, Kate Brown. “Déjenme ser clara: no puedes prohibir el aborto, sólo prohibir el derecho a un aborto seguro”, añadió.
Su homólogo en Washington, Jay Inslee, sostuvo que “el derecho a elegir no debe depender de cuál partido tiene la mayoría, pero es en este punto en el que estamos”.
A nivel internacional, Canadá y Reino Unido, dos de los aliados más cercanos de la nación norteamericana, deploraron la decisión de la Corte Suprema.
Los mandatarios regionales anunciaron este viernes acciones legales y envío de recursos destinados a que la salud reproductiva sea accesible a las mujeres de cualquier región del país dentro de sus estados